El dinero cambia de manos por su valor nominal, sin reparos sobre el valor físico. Un billete de $ 100 podría comprar unos cinco kilos de caramelos. Pero si, en cambio, valiese conforme lo que cuesta producirlo, podría intercambiarse, cuanto mucho, por un par de esos mismos dulces. El papel que tiene la estampa de Julio A. Roca cotizaría a un precio que ronda los $ 0,50 o US$ 0,11 (al tipo de cambio actual), en la partida de 500 millones de unidades que comenzó a imprimir la semana pasada por unos US$ 55 millones la cuestionada ex Ciccone Calcográfica, actual Compañía de Valores Sudamericana. La empresa, vale recordar, es investigada por la Justicia, luego de que Alejandro Vandenbroele, presidente de la firma tras el levantamiento de la quiebra, fuera señalado como testaferro del vicepresidente Amado Boudou.
La contratación de un tercero se debe a que la capacidad instalada en la Casa de Moneda está por debajo de las necesidades del Banco Central. Este año, se imprimirán allí alrededor de 800 millones de billetes; la ex Ciccone se encargará del resto. "Eso se solucionaría haciendo papeles de mayor denominación, a los que el Gobierno se niega", explicó una fuente que conoce las operaciones.
El costo de cada billete, sin embargo, tiene múltiples variables. "Algunas condiciones de seguridad encarecen a los de mayor cifra", explicó una fuente relacionada con la impresión. Por ejemplo, el papel de $ 100, que representa más de la mitad del total de 2791,6 millones de billetes en poder del público y de los bancos, posee, al igual que el de $ 50, un hilo de seguridad que lo diferencia del resto. A los múltiples diseños, papeles, combinación de tintas y tipos de impresión, hay que sumar otra variable: quién es el encargado de hacer los billetes.
El de la ex Ciccone no es el precio más barato del mercado. Según consta en un informe sobre la licitación pública N° 2026/10 del Banco Central -que no respondió a la consulta de La Nacion-, la Casa da Moeda do Brasil presentó un presupuesto más accesible. Esa casa imprimió en 2011 las series S y T de billetes de $ 100 en un acuerdo con la Casa de Moneda. En noviembre de 2010, ofertó US$ 85,67 cada 1000 unidades para imprimir 130 millones de billetes. Es decir, US$ 0,085 por unidad, o $ 0,338 al cambio de ese momento. En el mismo documento consta que Boldt (que arrendaba la todavía quebrada Ciccone), presupuestó US$ 66,96 por millar de billetes, o US$ 0,066 por unidad ($ 0,265 de aquellos días). "En la Argentina, el precio está sobrevaluado respecto de otros billetes comparables. Incluso con el costo de logística, es más barato hacerlos en el exterior", aseguró un conocedor del paño.
Un proveedor internacional de insumos estima que cada billete carga, en promedio, con un 50% de costos fijos, un 40% del papel, y lo restante, de tintas. La materia prima -papel de fibra de algodón y tintas exclusivas- se importa desde Alemania y Suiza.
En cuanto a las monedas, las de $ 1 y 2 son las más caras. Para esta última, la finlandesa The Mint of Finland empezó a proveer 300 millones de cospeles por US$ 33 millones, (US$ 0,11 cada unidad), sin contar el costo de acuñación local.
Valor real
La partida de pesos de las series X, Y y Z de los papeles de mayor denominación tiene un costo de $ 510 por millar o $ 0,51 por unidad
Fuente:lanacion.com.ar
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