Paises del ALBA seleccionan el apellido de Antonio José de Sucre para denominar la moneda

185 años de que Antonio José de Sucre sellara con la batalla de Ayacucho, en Perú, la independencia de América del dominio colonial de España, su nombre cobra actualidad no por una hazaña militar sino por una singular contienda financiera. Gobiernos de izquierda de América Latina seleccionaron el apellido del estadista y militar venezolano para denominar a una moneda virtual que entrará en vigor a inicios del próximo año, con la pretensión de desplazar al dólar de Estados Unidos en sus transacciones comerciales. Hasta ahora, los promotores de este experimento no pretenden convertirla en moneda física de curso legal en sus países ni emplearla como instrumento de cambio con otras naciones. El 1 de enero de 2010, cinco países de los nueve que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) pondrán en marcha el llamado Sistema Unitario de Compensación Regional de Pago (Sucre) como moneda electrónica para sus relaciones económicas. Como era de esperar, la primera transacción comercial, a la que podrían seguir otras, la protagonizarán Cuba y Venezuela, gestores en 2004 de la alianza que desafió al Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA), impulsada por el gobierno de Estados Unidos y aliados en la región. La operación está prevista para la cuarta semana de enero con una exportación de arroz de Venezuela a Cuba, según anunció el ministro venezolano de Economía y Finanzas, Alí Rodríguez Araque. "Para la cuarta semana de enero, a través del sucre, se mandará el primer cargamento de arroz de Venezuela para Cuba, lo cual es ya parte concreta de los intercambios que se van a hacer bajo ese mecanismo", según Rodríguez. El funcionario acompañó al presidente Hugo Chávez en la reciente VIII Cumbre de la ALBA en La Habana, que ratificó la implementación de la nueva moneda y asistió además a la firma de unos 285 proyectos entre ambos países, equivalentes a tres mil 161 millones de dólares. La operación comercial cubano-venezolana con el Sucre llega en momentos en que Cuba reconoce que los compromisos financieros existentes determinan que en 2010 la situación será "muy tensa" y ha iniciado negociaciones para la reprogramación de la deuda externa. El presidente del Banco Central de Cuba (BCC), Ernesto Medina, informó ante la sesión final de 2009 de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Cuba que las ventajas principales del Sucre son la eliminación del dólar en las transacciones, ahorrar divisas e incrementar los fondos exportables. También se evitan o reducen los llamados riesgos cambiarios a nivel empresarial, dijo Medina y precisó que en su primera etapa será una moneda electrónica, cuyos fondos estarán bajo la rectoría del Banco de la ALBA. El empleo del Sucre sólo funcionará entre los bancos centrales de los países de la ALBA, mientras que las empresas locales continuarán sus operaciones y contratos en las respectivas monedas nacionales. La idea del Sucre, planteada por Ecuador en noviembre de 2008, es el primer paso hacia una moneda común que, suponen los países de la ALBA, les ahorrará la compra de dólares para pagar sus importaciones entre las naciones de la alianza de gobiernos de izquierda. Con el propósito de desplazar a esa divisa mundial, se espera que a largo plazo el sucre sirva como unidad de intercambio físico similar al Euro para las naciones de la Unión Europea. Pero ahora, en términos técnicos, es sólo una Unidad de Cuenta Común (UCC) para contabilizar operaciones compensadas entre las naciones de la ALBA. Su valor dependerá de una canasta conformada por las monedas locales de los países de la ALBA, que agrupa a Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela. Según fuentes venezolanas, el ensayo entre Cuba y Venezuela servirá de ejemplo para que todas las naciones miembros se articulen al intercambio, pero la "canasta" deberá tomar en cuenta las asimetrías económicas de cada uno de estos países. La operación monetaria cubano-venezolana tendrá lugar cuando la economía de Cuba atraviesa por uno de sus peores momentos en las últimas décadas al crecer en 2009 sólo un 1.4 por ciento, por debajo del 6.0 pronosticado en diciembre de 2008. Los planificadores cubanos preven un "discreto" aumento del 1.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2010, atendiendo al impacto de la crisis económica global, la caída de sus exportaciones de níquel, el turismo y el encarecimiento de las importaciones. A ello debe sumarse, según expertos, el embargo económico de casi medio siglo de Estados Unidos contra la isla, la baja productividad y la crónica ineficiencia de la economía isleña. Todo ello genera una crisis de liquidez argumentada por el gobierno en los últimos meses para retrasar pagos a acreedores y proveedores e inmovilizar en los bancos cuentas de empresas extranjeras radicadas en la isla. En un informe ante el Parlamento, el ministro de Economía y Planificación, Mariano Murillo, explicó que en 2009 hubo "una marcada desaceleración" en los ingresos de divisas y ello llevó a incumplir pagos de deudas a proveedores y a dificultades para acceder a fuentes de financiamiento. Para el próximo año, cuando se realice el primer experimento con el Sucre, el gobierno cubano estará instrumentando su nueva estrategia de ajuste de la economía, que incluye la aplicación de lo que fue denominado "esquemas cerrados de financiamiento". En términos prácticos, la medida consiste en la descentralización financiera para proveer de las divisas que necesiten para su desarrollo las actividades más rentables para el país, como la industria del níquel, el turismo, la biotecnología, la aviación, el ron y el tabaco.

Fuente:elfinanciero.com.mx

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