El penique antiguo que se subastó por un millón de dólares

¿Cuándo vale un penique un millón de dólares? Cuando se trata de un penique estadounidense con el borde dentado de 1785, uno de los únicos siete que existen en todo el mundo. Recientemente fue vendido en una subasta por casi US$1,3 millones, la primera vez que una moneda de un centavo ha superado la barrera del millón de dólares.
Esta venta se da poco después de otra que tuvo lugar este año de una sofisticada colección de insólitas monedas de 50 centavos de dólar que recaudaron US$1,1 millones en una subasta. Al mismo tiempo, las populares monedas Águila Doble de Saint-Gaudens, o 20 dólares de oro macizo, de principios del siglo XX se están vendiendo por US$1.700 cada una, pese a que su condición no es perfecta. Este precio batió un récord que no se había visto en dos décadas.
El mercado numismático actual está en gran parte definido por inversionistas de primera línea que se están haciendo con las monedas más peculiares que salen a la venta en muy contadas ocasiones; coleccionistas de oro que intentan conseguir el máximo número posible de monedas de ese metal; y especuladores que tratan de empujar al alza los precios. Sin embargo, el valor de las monedas coleccionables más comunes —los peniques, las monedas de diez centavos y las de 25 centavos que son interesantes pero no estupendas— ha caído hasta 30% en el último año, según comerciantes numismáticos y ejecutivos de casas de subastas. "Hoy en día es más fácil vender una moneda de US$100.000 que una de US$1.000", asegura John Albanese, fundador de Certified Acceptance Corp., una firma en Nueva Jersey especializada en la certificación de monedas.
Esto refleja la tendencia en otros mercados del coleccionismo, como el arte, vino y joyas. El nivel más elitista de estos mercados está captando mucha atención a medida que los inversionistas se preocupan ante la devaluación del dólar y la posibilidad de que en el futuro suba la inflación. Al mismo tiempo, las colecciones de niveles más asequibles están pasando apuros por culpa de la crisis.
"Todo lo que es comercial o fácil de sustituir no se vende tan bien ahora mismo", dice Rahul Kadakia, director del departamento de joyería de la casa de subastas Christie's en Nueva York. "Pero si tienes algo extraordinario, sigue habiendo un mercado muy grande para eso, y hay compradores dispuestos a gastar por esas piezas excepcionales".
Las ventas de monedas de oro han visto un alza de hasta 75% en la casa de subastas en línea Heritage Auctions Inc., con sede en Dallas. Esto se debe a que "hay mucha demanda", asegura Jim Halperin, copresidente de la junta directiva de la firma. "Incluso Warren Buffett habla de inflación estos días, y la gente con la que hablo y que compra monedas teme un avalancha gigantesca. Compran monedas porque quieren conservar algo tangible que tendrá un buen desempeño".
Normalmente las monedas se gradúan en una escala de 1 (el nivel más bajo) a 70 (el más alto), Numismatic Guaranty Corp., con sede en Florida, uno de los servicios de calificación de grados de moneda más importantes de Estados Unidos, se ha expandido recientemente a Europa y Asia, a medida que los inversionistas se aprovechan de la debilidad del dólar para hacerse con monedas antiguas.
Detrás de esta tendencia se encuentran coleccionistas como Robert Beckwitt, un gestor de fondos neoyorquino de 51 años. Hace diez años resucitó su fascinación infantil por la numismática porque las monedas eran baratas. Ahora, su interés refleja una mentalidad inversionista.
"Esta es mi manera de diversificar y de alejarme de las acciones, los fondos y el dólar", dice. En los últimos años, Beckwitt ha conquistado algunas de las muestras más extravagantes, como una moneda de 25 centavos de grado 70, la primera que se acuñó en 1796.
"Adoro la historia de estas monedas antiguas", asegura.

Por Jeff D. Opdyke

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